La voz es el instrumento principal que utilizamos los seres humanos para comunicarnos entre nosotros. Por esta razón, es muy importante tener especial cuidado respecto a la utilización que hacemos de ella. Un mal uso o un uso abusivo puede conllevar la aparición de un trastorno de la voz (disfonía).  

Se trata de alteraciones de alguna cualidad de la voz como puede ser el volumen, el timbre o el tono. Si no se actúa ante estas dificultades, una alteración de la voz puede desembocar en la aparición de problemas orgánicos como nódulos, pólipos, quistes… que requieren de tratamiento logopédico o, en el peor de los casos, de intervención quirúrgica.

La higiene vocal consiste en la adquisición de una serie de hábitos que ayuden a prevenir o reducir alteraciones de la voz. Tener en cuenta algunas pautas en el hogar, es beneficioso para la prevención y el tratamiento de la disfonía.

A continuación, se detallan algunos consejos para llevar a cabo en el hogar que pueden prevenir la disfonía y o evitar lesiones de los órganos que intervienen en la voz.

  • Mostar al niño un modelo adecuado para el uso de la voz.
  • Favorecer las situaciones comunicativas en las que el niño no use una voz forzada, enseñándole a contar eventos de forma relajada o a discutir sin elevar excesivamente el volumen.
  • Evitar las conversaciones a distancia (de lado a lado de la casa).
  • Reducir el ruido ambiental en el hogar durante las conversaciones (aparatos de música, juguetes muy ruidosos, televisión…).
  • Evitar el refuerzo positivo y la obtención de recompensas cuando el niño utiliza el grito para hacer demandas.
  • Explicar al niño en qué situaciones es necesario gritar y en cuáles no.
  • Evitar la exposición al humo del tabaco o chimeneas.
  • Asegurar un alto grado de hidratación y acostumbrar al niño a beber agua del tiempo.
  • Permanecer atentos a los procesos gripales y alérgicos.
  • Mantener una adecuada higiene nasal.
  • Procurar que el niño respire de forma profunda y completa por la vía nasal.

Además, estas son algunas actividades de higiene vocal que se pueden realizar en casa.

  • La escucha: la agudeza y el entrenamiento auditivo permiten un control de la propia voz y el descubrimiento de matices en las voces propias y ajenas. Aumentar la capacidad de diferenciar y reproducir diferentes tipos de voces permite un mejor control de la propia voz.
  • Escucha e imitación de la voz propia y la de los familiares.
  • Escucha e imitación de personajes televisivos.
  • Escucha e imitación de ruidos ambientales, de sonidos cotidianos.
  • Escucha e imitación de los sonidos de los animales.
  • Escucha e imitación de los instrumentos musicales.
  • Escucha e imitación de diferentes registros vocales (voz grave, voz aguda, susurros, voz alegre, enfadada, sorprendida…).
  • El gesto vocal: se trata de tomar conciencia del esfuerzo de los diferentes grupos musculares que participan en la voz.
  • Relajación general a través de ejercicios de meditación.
  • Relajación local de las zonas en las que se da el mayor esfuerzo en la fonación (mandíbula, labios, mejillas y lengua).
  • Realización de ejercicios para mejorar la respiración (pautas de soplo y respiración).
  • La expresión vocal: se trata de trabajar específicamente las cualidades de la voz (intensidad, duración, tono y timbre).
  • Jugar a poner voces variando sus cualidades.
  • Imitar voces de diferentes contextos.
  • Inventar historias, escribirlas y dramatizarlas creando personajes con distintos registros vocales.
  • Aprender a gritar reduciendo el esfuerzo y la tensión.
  • Aprender el uso de la voz cantada: se trata de aprender a modular el tono de la voz, el flujo del aire… para cantar y poder generalizarlo a la voz hablada.
  • La conciencia vocal: se trata de ayudar al niño a encontrar una voz que le represente y con la que pueda conseguir sus objetivos comunicativos.
  • Enseñar al niño a autocorregirse y a darse cuenta de los errores que comete cuando usa mal la voz.
  • Utilizar grabaciones de vídeo y audio para tomar conciencia del uso de la voz y de cómo se puede mejorar.

Por último, es importante que, si detectamos  que alguno de nuestros hijos tiene síntomas como quedarse “afónico” o ronco cada poco tiempo, tener que coger aire constantemente interrumpiendo las frases o no ser capaz de controlar el volumen de la voz; hay que acudir a los profesionales de la salud que pueden diagnosticar e intervenir en los trastornos de la voz. De esta forma, en las revisiones del pediatra es necesario comunicar si se observa alguna dificultad en la respiración, higiene nasal o alteraciones en las cualidades de la voz. El pediatra, si así lo considera, derivará el caso al profesional de la voz, es decir, a un logopeda.

Os dejamos una guía para completar la información de esta entrada:

https://www.unex.es/organizacion/servicios-universitarios/servicios/servicio_prevencion/unidades/salud-laboral/cuida-tu-voz/Manual_voz.pdf