El “Body Positive” es un fenómeno que intenta defender que cualquier cuerpo es bonito independientemente de su tamaño, su forma o el su color de piel. Se podría decir que se trata de la aceptación de todo tipo de cuerpos. Es importante querernos como somos, con nuestras imperfecciones (sean cuales sean) ya que nadie es perfecto y no tenemos porqué escondernos bajo las prendas de ropa.
Body Positive nació en 2007. Surge en el momento en que se publica la primera revista en el mundo de habla hispana de tallas grandes.
La unificación de las tallas, los escándalos en algunas pasarelas de moda, los medios de comunicación y el ‘ideal’ de belleza imperante nos hacen llevarnos las manos a la cabeza por las edades en las que, a veces muy tempranamente, llegamos a encontrar enfermedades que tienen que ver con la aceptación de nuestro físico (y es ahí cuando algunas personas empiezan a modificar sus hábitos en las comidas). La alimentación es algo que debe cuidarse desde la más tierna infancia, algo en lo que es fundamental trabajar como eje transversal desde la familia y los centros de enseñanza. En la alimentación, y en los problemas derivados de ella, se debe intervenir desde la prevención.
Pero nos parece fundamental prevenir sin obsesionar. Ser conscientes de que nadie es perfecto, de que todos tenemos defectos y muchas virtudes, la clave es ser felices con lo que tenemos y con lo que somos y de esa forma dejar aflorar esas virtudes que podían quedar escondidas.
La moda, el culto al cuerpo, las apariencias, el ideal de belleza, las influencias de la sociedad… son factores que pueden influir en que nosotros, como personas, optemos por un estilo de vida no acorde con un estilo saludable, no acorde con lo que sería recomendable vivir y transmitir.
Los trastornos de la alimentación vienen acompañados de sentimientos de culpa, dificultades de relación social, tristeza y otras muchas dificultades en las que el papel del psicólogo es fundamental para colaborar en la búsqueda de soluciones.
En contraposición a ello, surge este fenómeno como respuesta a los altos cánones de belleza que en muchas ocasiones son inalcanzables. La industria de la moda ha establecido a lo largo de la historia una serie de medidas, pesos… que se deben seguir para ser aceptado incluso en la sociedad.
Si enseñamos a la gente que todos los cuerpos son bonitos habrá menos personas que quieran alcanzar la perfección porque, como hemos dicho, la perfección no existe.
Además, el “Body Positive” intenta promover todo tipo de emociones positivas e intenta desarrollar la autoestima y la autoimagen. Nos enseña a querernos por dentro y por fuera y nos enseña también a aceptar nuestros defectos.
Cuando tenemos la autoestima baja nos sentimos menos que los demás, podemos estar desmotivados, evitamos hacer cosas, no nos sentimos atractivos, evitamos tener relaciones sociales o somos perfeccionistas. Todo esto hace que nuestra vida no sea plenamente satisfactoria.
Cuando seguimos estándares de belleza que están lejos de nuestro alcance podemos frustrarnos y sentirnos inferiores a esos estándares, haciendo lo posible por alcanzarlos con todas las consecuencias negativas que ello conlleva.
En el caso del “Body Positive” se persigue el objetivo de estar sanos, tanto física como psicológicamente, independientemente de cuál sea el peso o el tamaño. Su finalidad es que seamos felices con nuestro cuerpo y que lo aceptemos tal y como es teniendo siempre en cuenta que la perfección no existe y que la imperfección es bonita.
Si promovemos este tipo de movimientos estaremos generando una sociedad realista donde la gente no se tenga que preocupar por tener una talla 36. La gente podrá ser feliz teniendo la talla que tiene y esto hará que seamos personas más felices y contribuirá a que tengamos menos trastornos psicológicos.
El materialismo, la superficialidad, todo aquello que no nos deja mirarnos dentro de nosotros y reconocernos como somos, son lo que en ocasiones nos obstaculiza y no nos deja desarrollarnos integralmente como personas. La enfermedad mental es algo con lo que convivimos día a día; a nuestro lado, casi sin saberlo, son muchas las personas que necesitan de la psicología, que necesitan de la psicoterapia y que necesitan del trabajo que desde las familias y desde los distintos colectivos formados por equipos interdisciplinares (psicólogos, psiquiatras, endocrinos…) se puede ofrecer. La solución es trabajo de todos, un reto del que ninguno de nosotros estamos ajenos. La prevención es necesaria, y merece la pena luchar por ello.
«La vida te pondrá obstáculos pero los límites los pones tú».
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