La etapa infantil es una etapa crucial para desarrollar preferencias y hábitos alimentarios. Durante este período los niños están abiertos a probar nuevos alimentos y son más receptivos a la influencia de los adultos, lo que proporciona una oportunidad invaluable para introducir y fomentar costumbres alimentarias saludables.
Beneficios a corto y largo plazo
Una alimentación saludable en la infancia tiene un impacto positivo en el desarrollo físico y mental de los niños. Además, una alimentación adecuada influye en el rendimiento académico y el desarrollo cognitivo de los niños.
- Salud física: una alimentación equilibrada y nutritiva durante la niñez proporciona a los niños los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos, fortalece su sistema inmunológico y reduce el riesgo de enfermedades crónicas en el futuro.
- Salud mental: existe una conexión directa entre la alimentación y el bienestar mental. Una dieta rica en fruta, verduras, granos enteros (harina de trigo integral, arroz integral, avena, centeno, quinoa…) y proteínas magras (pollo y pavo, pescado, frutos secos, lácteos…) no solo proporciona los nutrientes necesarios para el funcionamiento adecuado del cerebro, sino también puede mejorar el estado de ánimo.
- Formación de hábitos duraderos: los hábitos alimentarios establecidos en la niñez tienden a persistir en la edad adulta. Introducir y promover una variedad de alimentos saludables desde una edad temprana sienta las bases para una vida adulta de elecciones alimentarias saludables y conscientes.
- Rendimiento académico: una nutrición adecuada puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico de los niños. Los estudios han demostrado que una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales, puede mejorar la concentración, la memoria y la capacidad de aprendizaje de los niños. Por otro lado, una alimentación pobre puede llevar a problemas de atención, falta de energía y dificultades en el aprendizaje.
Estrategias para promover costumbres alimentarias saludables:
- Introducir sólidos:
Los temas relacionados con la alimentación complementaria siempre suscitan muchas dudas entre los padres. Uno de los más problemáticos es la transición a sólidos o la introducción de sólidos. Muchas veces el bebé está preparado para aumentar texturas, pero esta situación se suele retrasar por miedo a que se atragante.
Es importante explicar la diferencia entre el reflejo nauseoso y el atragantamiento. Pasar por situaciones de náuseas, que se ponga a toser o tenga arcadas es completamente normal cuando empezamos a aumentar texturas, ya que aún están aprendiendo a controlar la profundidad. Pero eso no es un atragantamiento.
¿Cuándo introducir los sólidos?
La alimentación guiada por el bebé que va cobrando importancia es el Baby Led Wearning (BLW). Este recalca que a partir de los 6 meses están preparados para iniciar sólidos y propone que sean los niños los que libremente vayan descubriendo, controlando y autorregulando su propia ingesta alimentaria sin pasar por la fase de purés y triturados.
Claves del método:
- Ofrecerle la comida en pequeños trozos y dejar que sea él mismo el que explore, a su ritmo. Él es el que decide qué cantidad, qué alimentos (de los que ofrecemos), y si quiere o no hacerlo.
- Comer lo mismo que la familia y con la familia, favoreciendo a una mejor integración en el ritual de la comida y mayor disfrute a la hora de comer.
- El cuándo empezar no es un criterio cronológico, sino que depende de la madurez del bebé: tiene que ser capaz de sentarse y sostener la cabeza, coger objetos y llevarlos a la boca, etc.). Esto se suele alcanzar a los 6 meses por eso este método lo recomienda a partir de esta edad.
- Ofrecer alimentos de uno en uno, de esta forma se puede ver si hay reacciones alérgicas.
- Comenzar con alimentos fáciles de agarrar con las manos y que sean como mínimo del tamaño de la palma de la mano del bebé. Así como de consistencia blanda, por ejemplo, hacer las verduras al vapor para que los trozos estén más blandito.
- Los alimentos redondos y pequeños: Tomates tipo Cherry, arándanos, uvas, cerezas, aceitunas… Lo adecuado es cortarlos en cuartos.
Beneficios:
Se ha demostrado que retrasar la introducción de sólidos más allá del primer año puede reducir la obtención de los siguientes beneficios.
- Fomenta la confianza y la seguridad en el bebé y ayuda a desarrollar habilidades de coordinación.
- Al comer debemos masticar, mover la lengua, deglutir…todos estos movimientos favorecen el adecuado desarrollo de la musculatura orofacial, favoreciendo posiblemente en su desarrollo del lenguaje.
- Aceptan mejor los diferentes sabores y texturas cuanto más pequeños son, de modo ofrecer variedad de alimentos y presentados de diferente manera podría evitar conductas caprichosas o selectivas con las comidas en un futuro.
- Disminuye el riesgo de sobrepeso.
- Modelado por parte de los adultos:
Los niños aprenden observando e imitando el comportamiento de los adultos que los rodean. Por lo tanto, es importante que los padres y los educadores actúen como modelos para crear un entorno alimentario positivo y se desarrollen hábitos alimentarios saludables, ya que serán más propensos a comer alimentos saludables si ven a sus padres o cuidadores haciéndolo. Además, favorecerá esto si se disfruta de la comida sana y se cuenta, es decir, si los niños observan que usted disfruta comiendo alimentos saludables, sentirán curiosidad y tenderán a seguir su ejemplo.
También ayuda si se puede comer todos juntos, dando oportunidad para la comunicación creando un ambiente tranquilo sin televisión ni dispositivos electrónicos. Esto es esencial para fomentar el gusto por unos buenos alimentos y hábitos alimentarios ya que se crea un ambiente agradable donde los niños asocian los alimentos saludables con un momento de placer y disfrute.
Es importante evitar el uso de alimentos como premios o castigos ya que la comida debe ser vista como una fuente de nutrición y placer, no como una herramienta para manejar emociones. Pueden llegar a vincular emociones positivas o negativas a ciertos tipos de comidas y surgen patrones alimentarios emocionales y una relación poco saludable con la comida a lo largo del tiempo. Por ejemplo, evitar frases tipo: “Si haces toda tu tarea, te ganarás un helado” “Como te portaste mal, hoy solo comerás vegetales” …
- Involucrar a los niños en la preparación de comidas:
Permitir que los niños participen en la selección y preparación de alimentos puede aumentar su interés por probar nuevos alimentos y saludables además de desarrollar habilidades culinarias básicas.
Esta es una buena manera de charlar sobre los alimentos y de conocer platos saludables. También es importante proporcionar información sobre la importancia de una alimentación equilibrada, y tener comunicación sobre el cuerpo, es esencial para ayudar a los niños a desarrollar una relación positiva con la comida. En este momento los padres pueden estar disponibles para responder preguntas y abordar preocupaciones sobre la alimentación, esto ayuda para estar atentos cuando algo no está yendo bien o cuando tu hijo puede estar teniendo ideas erróneas respecto a la alimentación y así corregirlas a tiempo. En resume, introducir costumbres alimentarias saludables desde la niñez es una inversión en el futuro bienestar de nuestros niños y niñas. Al proporcionales los conocimientos y las herramientas necesarias para tomar decisiones alimentarias saludables, estamos equipándolos con una base sólida para una vida de salud y felicidad duradera.