La escritura es un proceso complejo que requiere de ciertas habilidades como el lenguaje, la comunicación, la organización, la planificación, el control motor y un buen procesamiento sensorial.

Usar lápiz y papel ayuda a los niños a desarrollar multitud de habilidades como la coordinación entre ojos y mano, el movimiento corporal, y el aprendizaje de la lectura. Al mismo tiempo, estimula la creatividad y la expresión emocional. Cada uno de nosotros somos únicos y así lo expresamos en nuestra escritura a través de infinidad de trazos, con distintos colores, formas y prensiones (presión que se ejerce con el lápiz sobre el papel). Así mismo, nuestra letra es personal según su tamaño, inclinación, orientación… refleja nuestra identidad.

“La escritura es fundamental para el desarrollo de áreas cerebrales de los niños, que de otra forma no se pueden estimular, como las cognitivas, ya que se pone en funcionamiento el proceso de escoger determinado tipo de letra y desarrollar el movimiento adecuado con la mano para escribir. También se activa el área de la memoria, debido a que es preciso recordar cómo se escriben las palabras. Además, para escribir a mano, es necesario tener la capacidad de detectar errores; comprobar; modificar contenidos y expresiones, así como una planificación inicial y organización de ideas estructuradas” (Monserrat Díaz Rosel, Neuropsicologa).

La escritura a mano se puede compaginar con el uso de teclados puesto que el uso de los dispositivos tecnológicos favorece otras conexiones cerebrales. En ningún caso sustituir por completo.

¿Cómo podemos animar a nuestros hijos para que disfruten con la escritura manual? A continuación, os damos algunas ideas:

  • Ser ejemplo: Somos un referente para ellos por lo que si ven que empleamos lápiz y papel y que jugamos con ellos en esos momentos, su actitud será mucho más receptiva y estarán más motivados.
  • Plantearlo como un juego: Cualquier actividad que plantees como un juego será mucho mejor acogida por el niño. Ellos aprenden jugando y pueden hacerlo a distintos niveles: garabateando, imitando dibujos, etc., de forma acorde a su edad.

De manera previa al aprendizaje de la lectoescritura como tal, es importantísimo fomentar el adecuado desarrollo motriz. Se requiere controlar el cuerpo (control postural, estabilidad articular y tono muscular) para llegar alcanzar una adecuada destreza manual (control del de escritura, fuerza del trazo, direccionalidad, fluidez…).

  • Ofrecer propuestas variadas: Para mantener la motivación es necesario activar la emoción y para conseguirlo es eficaz emplear diferentes materiales: mandalas, pizarras (tiza o rotulador), blocs, lienzos, mesas de luz, incluso nuestro propio cuerpo. Para la adquisición de nuevos grafemas se puede emplear: espuma de afeitar, arena o harina, tizas en la pizarra, pintura de dedos, vaho en un espejo o cristal; es otra forma de practicar la correcta escritura de las letras (grafomotricidad).

Por todo lo anterior, os dejamos algunos juegos para desarrollar la motricidad:

Juegos de motricidad gruesa:

  • La carretilla.
  • Empujar elementos pesados con las manos como el cesto de la ropa o cargar con poco peso como la bolsa de la compra.
  • Andar imitando diferentes animales: perro, cangrejo, serpiente, elefante…
  • Jugar con trapecios o anillas.
  • Hacer circuitos motores.
  • Juegos de lanzar a canasta con pelotas de diferentes texturas, pesos y tamaños.
  • Escribir o dibujar en pizarras de pie, ya sea con tizas o con rotuladores.

 

Juegos de motricidad fina:

  • Juegos de cartas.
  • Juego con pinzas o palillos.
  • Hacer puzles.
  • Despegar pegatinas.
  • Plastilina, masillas, arena mágica…
  • Juego tipo Jenga.
  • Juegos de bloques y construcciones.
  • Ayudar a cocinar.

Referencias e información de interés: Aitor Zenarrutzabeitia.

https://elpais.com/mamas-papas/2021-01-22/por-que-escribir-a-mano-convierte-a-tu-hijo-en-un-nino-mas-creativo.html