El sueño es esencial para la salud y el desarrollo de todas personas, aún más en el caso de los niños. Un buen descanso, permite ser más activo, sentirse alerta, tener buena memoria y comportarse mejor. Los niños que duermen lo suficiente funcionan mejor y son menos propensos a problemas de comportamiento e irritabilidad. Por eso es importante que los padres ayuden a sus niños a desarrollar buenos hábitos de dormir desde una edad temprana.
Desórdenes o alteraciones del sueño:
• Pesadillas: Ocurren durante períodos de transición, estrés o cambios de rutina del niño. Por lo general ocurren tarde en la noche y se pueden recordar al día siguiente. Afortunadamente las pesadillas tienen tendencia a desaparecer espontáneamente. Estrategias efectivas para eliminar el problema son: estimular al niño a hablar sobre lo acontecido durante la pesadilla, presentar imágenes agradables antes de que se duerma, y evitar la televisión antes de acostarse a dormir.
• Terror Nocturno y Sonambulismo: Ocurren con más frecuencia entre los cuatro y ocho años de edad. Estos disturbios del sueño ocurren por lo general temprano en la noche. El niño está entre dormido y despierto y por lo general no recuerda lo ocurrido al día siguiente. Con frecuencia el tratar de despertar y consolar al niño no es efectivo y puede prolongar el evento.
• Apnea del Sueño: Es un problema serio en el cual ocurren pausas en la respiración durante el sueño. Los niños con apnea habitualmente roncan, su sueño es inquieto y pueden manifestar somnolencia durante el día (la somnolencia es más frecuente entre los adultos con apnea). Hipertrofia (engrandecimiento) de las amígdalas y adenoides, alergias nasales, obesidad y otros problemas médicos son factores de importancia en el desarrollo de la apnea del sueño en niños. Existen varias formas de tratar la apnea; por lo tanto es de gran importancia que consulte a su médico para confirmar el diagnóstico y recibir tratamiento.
• Narcolepsia: Comienza por lo general durante la pubertad, pero puede comenzar aún antes. Niños con narcolepsia desarrollan somnolencia y “ataques incontrolables de sueño” durante los cuales se quedan dormidos contra su voluntad. La narcolepsia requiere un diagnóstico definitivo por un médico.
¿Le sorprenden estas cifras?
El ritmo de vida de las familias es frenético, en muchas ocasiones los adultos ven reducidas las horas de sueño a 5 o 6 horas por la carga de trabajo y las tareas del hogar. Esta situación se puede ver reflejada en los niños, los cuales van teniendo muchos más eventos, actividades y estudio según van creciendo y sus horas de descanso se van reduciendo.
Sugerencia antes de dormir
Tener una hora fija para irse a la cama todas las noches. El momento de acostarse tiene que ser una experiencia positiva y relajante, sin televisión, ni juegos de video. Mirar televisión antes de irse a la cama puede interferir con la habilidad para dormirse y mantenerse dormido. Mantener el ambiente (por ejemplo luz y temperatura) constante durante la noche.
La mejor sugerencia para que los niños desarrollen buenos hábitos de dormir es el adoptar una rutina nocturna.
• Una cena liviana.
• Baño.
• Ponerse la ropa de dormir.
• Cepillarse los dientes.
• Leer un cuento.
• Una habitación silenciosa y de temperatura agradable.
• Poner el niño en la cama.
• Despedirse y marcharse de la habitación.
Técnicas de relajación
1. Respiración profunda
La respiración profunda es una técnica muy simple pero muy efectiva a la hora de regular los niveles de estrés. El ritmo cardíaco y la presión sanguínea disminuyen, consiguiendo una sensación de tranquilidad y paz entre nosotros mismos y lo que nos rodea. La técnica es muy simple, así que el niño no tendrá dificultad para hacerla:
A. Inspirar profundamente, durante 8 segundos.
B. Aguantar la respiración, 3 segundos.
C. Soltar el aire despacio, en 10 segundos.
Repetir el ejercicio hasta que el niño se encuentre relajado.
2. Relajación muscular progresiva
Esta técnica es ideal para liberar estrés. Se trata de tensar y relajar distintos grupos musculares.
A. Cara, explica al niño que contraiga la cara como si oliera algo raro para después relajarla. Hay que realizar el ejercicio tres veces.
B. Mandíbula, hacer como si se mordiera algo muy fuerte para después relajar esta zona. Repetir tres veces.
C. Brazos y hombros, haz que el niño estire los brazos delante de él todo lo que pueda, después tiene que estirar los brazos por encima de él, hasta llegar lo más alto posible. Luego hay que relajar los brazos y dejarlos caer a ambos lados del cuerpo. Repetir tres veces.
D. Pies y piernas, pide al niño que estando de pie apriete lo más que pueda los pies contra el suelo como si intentara enterrar sus dedos en la arena de la playa. Tiene que hacerlo hasta que sienta el esfuerzo en las piernas. Después hay que relajarse y repetir el ejercicio tres veces.
3. Ejercicio diario
Salir a la calle, jugar, andar, nadar, saltar, es una forma de relajación muy natural y muy efectiva. Haz que tus hijos ejerciten sus músculos diariamente para poder relajarse por la noche.