Tener estrés, ansiedad o miedo es completamente normal a lo largo de nuestro desarrollo. Son respuestas naturales del cuerpo humano ante el entorno.
El estrés es una respuesta natural del organismo ante la percepción de presión externa que excede nuestros recursos y que pone en peligro nuestro bienestar.
La ansiedad es una respuesta adaptativa de todo organismo para afrontar una situación percibida como amenazante y tiene una función protectora. Puede ir acompañada de miedos. El miedo es una de las emociones básicas. Tanto en los niños como en los adultos, es una alarma provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro e incluso pasado, en definitiva, es la emoción desagradable que se produce cuando percibimos un peligro o un daño – físico o psicológico- que representa una amenaza para nuestro bienestar (para más información y recursos, ver la publicación sobre los miedos).
Ante estas situaciones, se da una respuesta fisiológica (corporal), una cognitiva (pensamiento) y una conductual (acción). La persona tiende a la evitación y/o al escape de la situación que genera dicha ansiedad pero no es una estrategia adecuada ya que eso prolonga e incrementa el malestar.
Sentirlas es algo natural, la clave está en la respuesta a estas preguntas: ¿cómo se regula la respuesta? y ¿cómo respondemos a esa situación? Debemos ayudar a la persona para que sea capaz de afrontar la situación y así ganar en confianza, seguridad y autoestima.
Crear vínculos de apego seguros ayuda a los bebes desde el nacimiento a regularse mejor emocionalmente a través de su persona de referencia.
Cuentos para abordar distintas situaciones:
- Ante el fallecimiento de un progenitor tras enfermedad: “Martina y la última estrella” (para adultos).
- Ante la muerte de un ser querido: “No es fácil pequeña ardilla”.
- Ansiedad por separación: “Un beso en mi mano”.
- Técnicas de relajación: “Tranquilos y atentos como una rana”.
- Vídeos y recursos para comprender: https://childmind.org/es/
Los niños deben ir integrando las diferentes emociones y el miedo, el estrés, etc. forman parte natural de nuestra vida desde el inicio. Siempre será de gran ayuda que estas emociones estén reguladas por el consejo y el acompañamiento de los padres.
No obstante, cuando es algo desproporcionado en frecuencia, intensidad y duración se puede convertir en algo patológico y será necesario abordarlo con un especialista.