-“Todos mis amigos lo tienen ya”, “No puedo quedar con ellos”, “yo voy a ser el raro del grupo”…

Estos son comentarios frecuentes ante la aparición de ese pequeño objeto que nos rodea en el día a día, el móvil.
Son muchas las dudas que surgen entre las familias buscando la edad perfecta para que nuestros pequeños tengan ese “segundo yo” en el que se ha convertido este dispositivo.
“Segundo yo” porque es muy triste ver como, amigos de toda la vida, amigos con los que años atrás compartías momentos de diálogos interminables en un paseo o en un parque, comienzan casi a enviarse mensajes por redes sociales estando sentados uno al lado del otro.

Es triste ver cómo la gente camina por la calle sin disfrutar de lo que tiene delante de sus ojos, simplemente por mirar esa pantalla que lleva entre las manos. Hace no muchos años, veías a la mayoría de la gente en el autobús o en el metro, en aquellas ciudades en las que disponen de él, leyendo un libro, un periódico o una revista, ahora ya no.
Pero no, no penséis que este escrito es contrario a su uso o a que existan. El móvil es un objeto muy muy importante y necesario en muchas ocasiones, pero como todo, en su justa medida y con control.

¿Cuál es la edad perfecta?, la respuesta es clara, depende de cada uno. Hay personas que están preparadas mucho antes que otras, lo que no tenemos que caer es en la presión social y, si vemos que nuestro hijo no está preparado aún, ser consecuentes y decir “No, aún no”.
Nuestros hijos son de esa generación denominada “nativos digitales”, y en muchas ocasiones se piensa que es “un juguete más”. Cada vez se ven más padres y madres en restaurantes o comidas diversas dejando el móvil a niños cada vez más pequeños para que estén entretenidos, poder darles la comida pensando que así están más atentos o simplemente para que ellos mismos puedan estar tranquilos en la mesa. Creo que esto es motivo para que nos paremos a pensar, cada uno de nosotros tendremos la respuesta usando el sentido común.

Hace unos días leía un artículo en la prensa sobre Greystones, un pueblo de la costa de Irlanda. Allí, los padres de los alumnos de las ocho escuelas de Primaria han impulsado una iniciativa: abstenerse de proporcionarles teléfonos móviles a sus hijos (en las aulas, en casa, en cualquier parte). Un veto total hasta que cumplan 12 años. Una idea, en principio con carácter voluntario, que ha sido respaldada por la casi totalidad de familias. Desde ese momento, “el raro” es aquel niño que cuenta con un dispositivo de este tipo.

Tenemos la sensación de que la infancia cada vez se acorta más, aumentando la ansiedad en nuestros niños en un grado alarmante. El Gobierno de Irlanda está estudiando maneras de implantar esta iniciativa a escala nacional.

El móvil es tener “todo” en la palma de la mano. Es por ello que no únicamente tenemos que hacernos la pregunta del cuándo, sino del cómo y el para qué.

La UNESCO ha sorprendido con una petición urgente a todas las escuelas del mundo, tratando de que se prohíban los teléfonos móviles. Según uno de sus informes, un niño puede tardar 20 minutos en volver a concentrarse una vez que se ven interrumpidos por una notificación en sus teléfonos. A ello hay que añadir los riesgos de acceso cuando manejan los móviles sin control, sin filtros… Debemos enseñar a manejarlos con coherencia ya que un mal uso o excesivo de los mismos repercute en el ámbito educativo pero también en el propio hogar.

“Las compañías tecnológicas se han aprovechado de que el cerebro de los niños y adolescentes es inmaduro para diseñar algoritmos que satisfacen el anhelo de atención social y de estatus y volverlos adictos a sus aplicaciones”.

Estamos además ante una de las crisis de salud mental más importantes de nuestra historia y debemos potenciar las habilidades sociales cara a cara, el diálogo directo, las relaciones entre iguales sin tecnología por medio.

Durante los dos últimos años los menores españoles han pasado una media de 51 minutos diarios en YouTube, y gran parte de ellos han sido con el móvil en la mano.

Si nos decidimos por darle uno a nuestros hijos, siempre con control. Por ello os lanzamos una pregunta:

-¿Por qué una app de control parental?
Las apps de control parental son herramientas que limitan el uso que hace el menor de la
tecnología, permitiendo colocar restricciones, filtros, bloqueos y a la vez poder estar informados del uso que hacen los niños del teléfono.

Entre las opciones que te ofrecerá una buena app de control parental están:
-Historial de llamadas y mensajes SMS: podemos ver qué llamadas ha realizado durante el día y su duración, y también los SMS que intercambia (no el contenido).

-Fijar horario de uso del móvil: para que no se use durante unas horas determinadas (por ejemplo, cuando está en el colegio o cuando está durmiendo).

-Tiempo máximo diario de uso de una app: o bien restringir el tiempo que pasan en su aplicación preferida para evitar un uso excesivo. 

-Bloqueo de apps: puede servirte si tu hijo es muy pequeño y no quieres que acceda, por ejemplo, al navegador.

-Bloqueo de pantalla en cualquier momento desde tu teléfono. 

-Localización en tiempo real: podrías saber la posición exacta de tu hijo en un momento determinado y delimitar un área por donde debería moverse.

-Historial de localizaciones, para saber todos los lugares en los que ha estado durante el día, no solo en el momento en que lo miras. 

-Filtrado de contenido web.

-Disponer de informes: estas apps proporcionan resúmenes diarios, semanales o mensuales con el uso que hace el menor del dispositivo, útiles para conocer dónde hace falta poner límites.

Os facilitamos aquí un enlace en donde podéis entrar, comparar distintas apps de control parental y elegir la que mejor os convenga para los dispositivos de vuestros hijos.

https://www.ocu.org/tecnologia/telefono/test/comparar-apps-control-parental

En resumen, ¿Móvil?… sí, pero cuando nuestro hijo esté preparado. ¿Edad?… en nuestra sincera opinión y según expertos, según la persona, no hay una edad fija. Fundamental, no ceder a presiones y/o chantajes. Hay muchos grupos de padres reunidos por redes sociales que opinan que “no antes de los 16”… incluso recientemente he escuchado una comparación que nos debe hacer pensar… “Si no dejamos conducir a nuestros hijos un coche hasta antes de los 18 años porque en juego está su vida ya que en la carretera hay mucho imprudente, ¿a qué edad debemos dejar a nuestros hijos un móvil con acceso a una carretera de información en donde tampoco controlamos a los que están compartiéndola con ellos?”

SE ES NIÑO UNA VEZ… NO QUERAMOS QUEMAR ETAPAS DEMASIADO PRONTO…